martes, 12 de junio de 2012

Una pequeña mentira

La mentira más grande se encuentra a tan sólo dos pasos de la más pequeña, y mi cerebro, que tan bien me sirve para otras cosas, en cuestiones auriculares se queda demasiado corta. Razonar lo irracional, considerar lo natural como algo intelectual o pasajero, es un ejercicio que conlleva constancia, negación y entumecimiento, algo totalmente prescindible y sin embargo, en ocasiones, inevitable. Aquí os dejo un par de versos.


Curiosos los rescoldos del alma,
Que queman cuando ya no te siento
Cuando ya el efecto de tu mirada,
o bien el sentido de aquellas palabras
quedaron sin valor ante la verdad de tu cara.

El papel se rompió y la siguiente página cambió,
Dejando tan solo un montón de historias divididas,
Oportunidades inciertas e imposibles,
Y una tristeza desconocida.

¿Indiferencia, quizás?
No, no me mientas corazón,
La materia gris de mi cerebro miente demasiado bien,
Pero las taquicardias de tu interior son meridianamente transparentes.

Tú, un sueño del pasado,
Que ya no existe,
Que nunca fue
Y sin embargo, es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario